jueves, 9 de mayo de 2013

Las mascotas también sufren el hurto y la extorsión


Las mascotas también son víctimas de hurto y extorsión. En Bogotá, esta modalidad ha incrementado en los últimos meses, convirtiéndose en un delito bastante lucrativo para los delincuentes, sin embargo, la falta de denuncia de los dueños de las mascotas no ha permitido establecer un índice de la problemática, por esta razón éste delito está volviéndose casi tan irrelevante como los demás. 



                                                                                   Por: Alejandra Hormaza


El hurto de mascotas se incrementó en los últimos meses en Bogotá según el SIRAB, y la extorsión es la nueva modalidad de los delincuentes para obtener ganancias, no sólo por presionar a las familias de las mascotas hurtadas, sino para tener camadas de estos perros, explotar a sus crías o revender a los animales.

Los perros son las principales mascotas que sufren el hurto y la extorsión, especialmente los de raza y pedigree son el blanco de los delincuentes que empiezan a dedicarse a este delito. El SIRAB (Sistema de Identificación y Registro de Animales de Bogotá), ha recibido ya denuncias sobre este tema en la ciudad, que empezó a volverse constante desde el año pasado, se han denunciado hasta el momento tres casos y se estima son muchos más, pero los dueños de las mascotas no se han acercado a denunciar. El SIRAB ha registrado que las sumas exigidas por los delincuentes a los propietarios de los perros van desde 800.000 pesos y al igual que la extorsión de personas, también dan un tiempo límite para que el dinero sea entregado, de lo contrario se amenaza a la familia del animal con no volver a verlo jamás.  Las ganancias que genera este delito en el mercado ilegal, van desde los 600.000 pesos, hasta los 2’000.000 de pesos por cachorro. Se ha visto que las razas más buscadas por los delincuentes que se dedican a este delito en Bogotá, son  bulldog francés e inglés, boston terrier, golden retriever, labrador, jack rusell y yorkei.

María Angela Castro, habitante del barrio Cedritos en Bogotá, fue víctima del hurto de su perro, un bulldog, el pasado dos de febrero. “Yo me sentí como en una película, sólo salí a la séptima con 142 y de un momento para otro dos tipos me abordaron, lo primero que hice fue darles mi iPhone y me lo botaron, cogieron el lazo con el que sostenía a Matías y se lo llevaron en un taxi”. La falta de denuncia de estos casos no ha permitido establecer unos índices claros para medir la problemática y las posibles soluciones. “No denuncié el robo de mi perro porque primero, soy abogada y se cómo es esto, no está establecido como un delito y además, si es tan difícil que resuelvan un caso de la desaparición de una persona, mucho más el de una mascota, no hay absolutamente alguna ventaja por denunciar”, afirma María Ángela.

El “modus operandi” de los ladrones van desde hurtar las mascotas que se encuentren en lugares públicos de la ciudad, romper las ventanas de los carros en donde va algún perro, hacerse pasar por paseadores de perros o aprovecharse de la inexperiencia de algunos de estos ellos y crear complicidad, hasta hacerse pasar por trabajadores de fundaciones de animales, incluso ir a las casas donde se sabe hay algún perro de la razas que se busca, con la excusa de mejorar las condiciones del animal o vacunas que se les deben aplicar.
De hecho, la Asociación Defensora de Animales (ADA), en Bogotá, ha denunciado a través de su página web que están siendo víctimas de estas suplantaciones, “Personas inescrupulosas están haciéndose pasar por socios de ADA y llegan a las residencias indicando van a hacer visitas por supuestas quejas de maltrato. Solicitamos exigir la identificación como socios de ADA con carnet vigente”, afirma y solicita ADA en su portal web.
El delito de hurto y extorsión de mascotas parece no ser nuevo, el periódico Portafolio reveló en uno de sus artículos del año 2009, que este delito además de permitirle a los delincuentes explotar la reproducción de los animales y obtener crías, también da pie a incluso traficarlas, lo cual genera sólo un poco menos que las ganancias ilícitas  del tráfico de armas, es por esto que el hurto de animales se ha convertido en una de las salidas más fáciles para obtener dinero. 

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