jueves, 5 de septiembre de 2013

La Santa Lengua


Por: Iván Darío Aldana Cruz @aldanante





Como si fuese un tempo del siglo 1000 a.C con cantos gregorianos y rezos que son repetidos con frecuencia, alrededor de 20 personas repiten a la par del sacerdote, aunque no sepan pronunciarlo de la mejor manera, la misa en latín.






En el barrio la soledad al noroccidente de Bogotá, queda el Instituto del Buen Pastor, una iglesia católica ubicada en una casa que se caracteriza por dar sus misas en este idioma. Las personas que no saben hablar el idioma tienen una cartilla que les permite ver la traducción de la misa en ambas leguas (español y latín). Lo singular de la iglesia es que el único momento que se habla está lengua es durante la misa, otras actividades, como la confesión, se realizan en español.

Los integrantes de la comunidad argumentan que el cura da la misa en ese idioma por seguir la tradición de la iglesia católica, que adquirió ese dialecto desde que fue fundada. Según Víctor Jesús Camacho, sacerdote de la iglesia “el objetivo de dar el sermón en latín es seguir la costumbre que siempre se ha tenido desde la fundación de ésta”.

Además, la iglesia permite a los feligreses que quieren aprender el latín, acceder a un curso que aproximadamente dura tres años, que se lleva a cabo todos los sábados a las 2 de la tarde y en donde se abarca principalmente el tema religioso para catequizar a cada uno de los asistentes.

Curiosamente la asistencia a las clases carece de participantes porque muchos feligreses, como es el caso de Juan Camilo quien dice “No hablo latín, solo repito lo que el sacerdote esta diciendo en la misa. Además, creo que ya no tengo tiempo para aprender un dioma, no me queda suficiente tiempo Las principales asistentes a las clases son los hijos de los feligreses y esto es por iniciativa de los sacerdotes de la iglesia.

Algunos de los asistentes consideran que por medio del latín han aprendido a sentir más la presencia espiritual. Además, dicen que respetan esta lengua por ser la que fundó la iglesia católica. “Un amigo me trajo a la iglesia porque una mujer me había hecho brujería, mi amigo me dijo que cuando rezaran por mí en latín iba a ser exorcizado y podría tener mi libertad. Apenas entre y el cura me echó la bendición sentí ganas de vomitar y mareo, unos minutos después me sentía mejor” cuenta Ovidio un feligrés que cree que la lengua en latín con la fe espiritual es la mejor herramienta para alejar cualquier cosa maligna.

Para muchos asistentes, incluso para el mismo sacerdote de la iglesia, al momento de rezar en latín se unen varias razones, la religión, la fe, la santidad y el respeto a los que rezan que permiten creer que por medio de esa lengua se obtienen los milagros. Todo se puede bendecir: el agua, el aceite o la sal, pero si no se hace en latín la oración no tiene fundamento ni poder para ningún feligrés que le piden siempre al padre que le dé la bendición.

“Cada ocho días vengo a que el sacerdote ore por mis botellones de agua, cuando llego a mi casa la echo alrededor de los portones y siempre me aleja todo lo malo” dice María Escobar feligrés de la iglesia. De la manera más tradicional esta iglesia seguirá dando sus misas en latín aunque muchos de los asistentes sólo quieran aprender lo que se dice en cada rezo.



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