jueves, 8 de agosto de 2013

El telón como escenario de vida


Yo seguí en el teatro por problemas en la casa, porque no tenía nada más que hacer, entonces, pues por evitar hacer otras cosas
Por: Michelle Sánchez Russi




“Me gusta el teatro porque es una manera de mostrarnos a la sociedad, de mostrar otra cara de lo que podemos de verdad ser nosotros”, afirma Marla, integrante  de la fundación sociocultural EOS, un grupo de danza y teatro de la localidad de Fontibón conformado por siete jóvenes entre  16 y  25 años.  Tienen en común el amor por el teatro,  la danza y la música como una nueva forma de mitigar la cotidianidad, un espacio para soñar y ser ellos mismos sin importarles los atuendos o los accesorios.


El grupo que nació en 2005 como una dependencia del teatro experimental de Fontibón. Se reúne los fines de semana para ensayar y poner en práctica  artes como la pirofagia (figuras en fuego), los malabares, el uso del monociclo, la danza y el ensayo de obras que develan el contenido actual de la sociedad colombiana. “Hacemos teatro para todo público y trabajamos la parte social, la parte humanística y los sentimientos, pero nos enfocamos más hacia lo infantil” dice Isaura Salamanca Directora de EOS.

Existe una problemática que genera preocupación entre los habitantes de la localidad novena. La drogadicción como uno de los múltiples fenómenos que afecta a las jóvenes y no les permite establecer un modelo de vida apropiado. Emilio Ramírez Director del Teatro Experimental de Fontibón habla del trabajo que su grupo ha realizado y de cómo contribuye a luchar contra esta problemática de índole social: “El teatro puede ayudar  ya sea a través de las obras o como una herramienta terapéutica y de  prevención. Tenemos un grupo  que se llama el teatro de la opinión con el cual estamos trabajando hace 13 años ya, que permite darle un espacio a los jóvenes sobre para que vean lo que pueden y deben hacer”.

Entre tanto EOS se mantiene como una asociación que fomenta la cultura y el arte para que los jóvenes sean capaces de fortalecer sus debilidades y retos y logren generar en otros una transformación tanto personal como social. En 2011, amparados en un convenio de asociación con la alcaldía de Fontibón, los integrantes de EOS realizaron proyectos como el Festival Intercultural y las Escuelas de Formación Artística, que abrieron las puertas para que niños y  jóvenes pudieran incursionar en el mundo teatral.

Muchos integrantes del grupo buscan un refugio que les permita liberarse de sus carencias económicas. Es el caso de Valerie Castro quien cuenta su experiencia en el teatro y explica cómo logró acceder a este mundo: “Estoy con ellos hace cuatro años pero estoy en el teatro desde que tengo 6 años; me descubrieron un día que empezaron a hacer una obra en la calle. Yo era muy imprudente como toda niña chiquita, me metí a la obra y les dije ‘no, eso no se hace así’. Yo no sabía nada de teatro, y el señor y me dijo  ‘hágalo usted’”.

Esta iniciativa ha llevado amuchos de los jóvenes a permanecer en el mundo de las artes plásticas como una opción que les permite realizar una actividad creativa y alejarse de los malos pasos. Carlos Alberto, malabarista del grupo explica las razones por las cuales se vinculó a EOS: “Yo seguí en el teatro por problemas en la casa, porque no tenía nada más que hacer, por evitar hacer otras cosas”.

Este grupo es una  nueva propuesta frente a los teatros tradicionales pues en muchas de sus obras muestra hechos del pasado, vividos en nuestra sociedad y los nuevos retos que nos presenta la tecnología contemporánea. En la celebración de los 475 años de Bogotá, en donde se unieron escuelas de teatro como “cuerpos y arcillas”, su propuesta se basó en contar la historia de su localidad a manera de comparsa, una historia  dividida en cinco secciones: “Los drones como máquinas humanoides; los transeúntes (máscaras) que representan la indiferencia; los carnavaleros contemporáneos como los punketos; los indígenas y aves como la tingua que son representadas con zancosdice Nelson Soler, coreógrafo de la comparsa.

EOS es uno de tantos espacios que les permite a los jóvenes buscar una forma de divertirse y de descubrir en ellos una plenitud creativa y humana. Espacios como el teatro pueden servirles como coraza para defenderse de un mundo hostil representado por las drogas, la intolerancia social y los conflictos familiares que  muchas veces los conducen a  tomar malas decisiones. 

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