Por Julián Puentes Villanueva @julianpv_ |
Fachada de la Academia Militar Mariscal Sucre |
“Es más fácil educar a un niño en principios y valores bajo las condiciones de la disciplina, que castigarlo en la cárcel cuando sea un adulto”. Es gracias a este pensamiento que los
oficiales al mando de los diferentes colegios militares de Bogotá educan a sus cadetes,
inculcándoles respeto pero sin dejar a un lado la parte académica.
Esta es precisamente la problemática que se discute entre padres de familia, alumnos,
directivos y psicólogos, por un lado la estigmatización que surgió alrededor de estos
colegios cuando fueron creados en el país, ya que estos eran reclusorios para niños
problemas, donde educaban a punta de rejo. Para los rectores militares esta situación
todavía se presenta “En la mayoría de los casos, los padres, buscan la orientación militar
para formar a su hijo en principios y valores, debido a la problemática, el inconformismo
y la rebeldía que hoy en día tienen los jóvenes”, afirma el coronel Aldemar Sánchez
Guevara, rector del colegio militar Simón Bolívar y vicepresidente nacional de los colegios militares
Por su parte, para la psicóloga de la Academia militar Mariscal Sucre Gilma Jaimes,
cuando los niños son ingresados en este tipo de colegios como opción de instituto
correctivo, es debido a que están dentro de familias disfuncionales “son niños que no
tienen una pauta de crianza ni autoridad clara” sostiene. Junto a lo anterior, también
hay casos en que los padres matriculan a sus hijos como una excusa para librarse de sus
responsabilidades, “la idea es que los papás no sigan con la mentalidad de que el colegio
militar les hace el trabajo que deberían hacer ellos”.
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Cadete Alejandro Silva, estudiante de la Academia Militar Mariscal Sucre, porta el uniforme de gala de la institución. |
Para Alirys Moreno, madre de uno de los alumnos de la Academia Militar Mariscal Sucre,
su intención al matricular a su hijo Jonathan en esta institución era la de reforzar los valores que le inculcó a temprana edad “mi idea era clara, más que disciplina quería un hijo que se supiera comportar dentro de la sociedad”.
Este punto es delicado para la psicóloga Luisa Alexandra Arambula, debido a que no es
recomendable matricular a niños pequeños en escuelas militares “no es conveniente que
está decisión la tomen los padres, el régimen militar debería ser una convicción de un preadolecente ya que su pensamiento está concreto”. Sin embargo, para Jaimes los alumnos comienzan a recibir asistencia militar a partir del grado noveno, curso en el cual los cadetes deben realizar una instrucción militar durante tres años, la cual será válida como prestación del servicio militar.
Igualmente, aún existen varios prejuicios frente al tipo de educación que se imparte a los
jóvenes en estos planteles educativos, debido a que estos siempre se han caracterizado por la fuerte exigencia disciplinaria que hace pensar que el estudio queda relegado “la parte académica y militar van de la mano, la formación militar es integral, quiere decir que usted debe responder tanto en la una como en la otra, porque ambas son evaluadas”, además los resultados de la formación académica que se brinda en el plantel se ven reflejados en las pruebas del Estado (ICFES) la cual los posiciona en el nivel de superior y muy superior, asegura el coronel Sánchez
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Cadetes se preparan para la formación diaria |
El debate acerca de la funcionalidad de estos colegios en la formación de niños y jóvenes, causa opiniones encontradas, mientras que los colegios militares defienden su manera de formar ciudadanos competentes, los padres de familia y alumnos cuestionan el exceso de disciplina que según ellos hay dentro de estas instituciones.